Mirador Nuestra Señora de Altomira Mazarulleque Vista Guadalajara

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Mirador sierra de Altomira Guadalajara (ermita Ntra. Sra. Altomira, entorno Mazarulleque):

Este mirador de la Red de Miradores de La Alcarria Conquense está situado en el pico más alto de la Sierra de Altomira, un lugar estratégico para perder la mirada en un horizonte de altos cerros, coloreados por carrascas y romeros. A continuación, encontrarás más información sobre este territorio, datos y curiosidades que enriquecerán tu visita por La Alcarria Conquense.

 

Embalse de Buendía

 

Tocados y hundidos

 

Desde esta imponente y majestuosa Sierra de Altomira, puedes divisar un horizonte modelado por la acción del agua. Ante ti tienes las antojadizas formaciones que los cauces del río Tajo y su afluente, el río Guadiela, han tallado a lo largo de millones de años. No sólo crean un atractivo paisaje, sino que generan, un lugar geográfico ideal para la construcción de obras públicas como los embalses de Buendía y La Bujeda. Su envergadura es tal que, junto con los embalses de Almoguera, Bolarque, Entrepeñas, Estremera y Zorita forman la mayor área húmeda de la Península Ibérica, conocida popularmente como el “Mar de Castilla”. Su finalidad es la generación de energía hidráulica, junto con otros usos como, por ejemplo, el abastecimiento de agua al Trasvase Tajo-Segura.

El embalse de Buendía se inauguró en el 1958. Mientras que hubo poblaciones que se enriquecieron con esta obra mayor, otras, más desafortunadas, desaparecieron bajo sus aguas. De este modo, con esta construcción, a unos vecinos les “llevaban el agua a la puerta” y a otros, los peor parados, les “llegaba el agua al cuello”. Santa María de Poyos y el Real Sitio de La Isabela (un balneario de aguas termales), tuvieron que rendirse a este mar artificial que las cubrió y las borró del mapa para siempre. Eso sí, en épocas de sequía, cuando el nivel del embalse se reduce drásticamente, afloran los cimientos y restos de La Isabela, pudiéndose incluso visitarse. Se puede intuir el antiguo trazado de calles en cuadrícula que estaba dominado por un gran palacio (ver imagen de satélite). Sus aguas termales fueron el refugio de nobles que querían beneficiarse de los poderes curativos que supuestamente éstas propiciaban: curaban la gota, el reuma, afecciones de la piel y hasta alteraciones del sistema nervioso.

 

Cerros yesosos

 

Zonas de Especial Conservación

 

La Alcarria Conquense se caracteriza por su biodiversidad, contando con varios espacios protegidos bajo el amparo comunitario de la Red Natura 2000. La Sierra de Altomira o las Estepas Yesosas son dos claros ejemplos. El primero es el lugar en el que te encuentras ahora mismo y el segundo lo puedes divisar desde este mirador y localizarlo gracias a la imagen detallada del panel informativo que tienes ante ti.

Estos “cerros yesosos” conforman una meseta por la que discurren los cauces del río Guadamejud o Mayor, entre otros. Pero, te estarás preguntando qué es lo que tienen en particular para haber sido designados en 2014 como una Zona de Especial Protección (ZEC). Pues bien, la respuesta es que en estas estepas en las que predominan los sustratos a base de yeso y en las que la climatología se caracteriza por una marcada sequía estival (con pluviometrías inferiores a 550-600 mm/año) se crea un hábitat perfecto para el crecimiento de comunidades vegetales endémicas: las especies gipsícolas.

La más amenazada de todas ellas por la degradación permanente de su hábitat es la hierba perenne “Senecio auricula subsp. castellanus”. Esta planta es uno de los elementos clave de conservación en el plan de gestión de este espacio protegido. No obstante, las estepas yesosas no sólo se caracterizan por poseer una flora singular, sino que en ellas habitan aves esteparias como las gangas y la perdiz roja. También rapaces como el águila calzada y el busardo ratonero.

Actualmente, estos espacios se ven afectados por actividades humanas como la intensificación agrícola, el uso de fertilizantes y pesticidas, la contaminación del agua o el sobrepastoreo. Garantizar la supervivencia a largo plazo de estas especies y hábitats amenazados es la prioridad de la Red Natura 2000. En nuestras manos está ser parte activa en la protección del entorno, en el respeto por la tierra que nos da la vida.

 

La vegetación de Altomira

 

En territorio de la encina y el quejigo

 

En este panel informativo de la Red de Miradores de La Alcarria Conquense, puedes leer que “a nuestros pies se extiende una tupida alfombra de monte mediterráneo bien conservado, dominado por encinares”. ¿Te ha llamado la atención lo diferente que es el paisaje a cada lado de este pico de Altomira?

La ladera que muere en el valle de Altomira está cubierta por una vegetación de matorral en la que destacan especies aromáticas como el romero, el tomillo, la salvia o el espliego. Entre ellos, diseminados, hay encinas y quejigos de escaso porte. En esta zona abrupta del cerro, la vegetación es tan escasa que deja ver la palidez de un terreno árido salpicado por pequeñas manchas verdes. Solo la vegetación rústica y tenaz se ha adaptado a este terreno pedregoso.

Sin embargo, en el mirador en el que te encuentras ahora mismo, puedes ver un horizonte cubierto por especies arbóreas, que forman esa “tupida alfombra” a la que se refiere el panel. Hasta donde alcanza la vista el monte está repleto de encinas (Quercus ilex subsp. ballota), quejigos (Quercus faginea) y pinos carrascos (Pinus halepensis). Antiguamente, el pino y la encina se explotaban como recurso maderero. Hoy en día su corta se limita a un puñado de ejemplares que los propietarios destinan a calentar su hogar en invierno.

En Altomira también podemos encontrar álamos, sauces y olmos en las vegas de los ríos, especies en peligro de extinción incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla La Mancha como Limonium erectum, un endemismo que no encontrarás en ningún otro lugar del mundo; y un sinfín de biodiversidad que la señala en el mapa como un destino inigualable para cualquier amante de la naturaleza.

 

La Sierra de los Degollados

 

Un barranco con (pre)historia

 

Si sigues con tu mirada la alineación que va dibujando la cumbre de la Sierra de Altomira, podrás localizar, a lo lejos en el horizonte, la Sierra de los Degollados, justo a la altura del embalse de La Bujeda. El panel informativo que tienes ante ti te ayudará a localizarlos en el paisaje.

La Sierra de los Degollados es una prolongación de la Sierra de Altomira. A lo largo de este sistema montañoso, el agua de escorrentía va formando surcos en las laderas, cárcavas profundas formadas por la erosión. Estos barrancos naturales son los cauces esporádicos del agua de tormentas y deshielos desde lo alto de la sierra hasta el valle. Conforman un paisaje caprichoso, modelado por el agua, característico de La Alcarria Conquense.

Pero, además, estos barrancos esconden historias antiguas. Recientes excavaciones llevadas a cabo en el “Barranco de los Degollados”, perpendicular a la Sierra de los Degollados que le da origen y situado frente a la localidad de Garcinarro, han puesto de manifiesto la presencia de asentamientos humanos con más de 8.000 años de antigüedad. El yacimiento es un abrigo rocoso, de escasa profundidad en el que se han encontrado restos de cerámica, restos de fauna, tachuelas de sandalias romanas e incluso puntas de flecha musulmanas. Parece ser que no fue un asentamiento como tal, sino más bien un lugar de paso para pueblos nómadas.

Este descubrimiento se suma a otros realizados en el valle de Altomira. Todos concluyen que esta zona posee una gran riqueza arqueológica, pues ha estado habitada desde el Neolítico hasta nuestros días.  Darte un paseo por el valle de Altomira es caminar sobre tierras con historia, es un paisaje con alma propia: la de las gentes que lo han habitado durante miles de años.

 

La Sierra de Altomira

 

A vista de pájaro

 

Subir a este Pico de Altomira (1.183 m de altitud), sobre todo si lo has hecho andando, merece una recompensa. Esta es, sin duda, el privilegio de poder admirar desde lo alto la preciosa comarca de la Alcarria Conquense. Desde este punto, el más alto de la sierra, podemos divisar, a lo lejos los sistemas montañosos de la Comunidad de Madrid o de la provincia de Guadalajara (ayúdate del panel informativo de este mirador para localizarlos mejor).

Y es que esta sierra, que divide sin piedad la Alcarria Conquense en dos, se extiende a lo largo de más de 100 km formando parte del paisaje de una veintena de pueblos de Cuenca y Guadalajara: Vellisca, Saceda Trasierra o Buendía, entre otros. A ambos lados de sus laderas, se extienden extensos valles por los que discurren los cauces de ríos como el Guadiela o el Tajo. Precisamente éstos son los “maestros escultores” que con paciencia y tenacidad han conseguido erosionar esta majestuosa sierra hasta llegar a sus entrañas. Todo ello aporta tal riqueza al entorno, que hace que la Sierra de Altomira albergue hasta 20 hábitats naturales de gran importancia comunitaria: dehesas, robledales, estepas salinas, alamedas o masas mixtas de pino y quejigo, entre otros. Éstos, son el hogar de aves rapaces como el águila real o el halcón peregrino, y de especies acuáticas como la garza imperial o el aguilucho lagunero.

En estos hábitats de desarrollan comunidades de especies endémicas vegetales como la flora gipsícola (aquella que se desarrolla en terrenos con alto contenido en yeso). Cada rincón de Altomira es un tesoro natural y, por ello, la Red Natura 2000 la acoge como Zona de Especial Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). ¿Sabes lo que esto significa? Es el reconocimiento a nivel europeo de su alto valor medioambiental. Desde aquí se pone en marcha un mecanismo administrativo para conservar las especies y sus hábitats. Se elaboran planes de gestión específicos cuya finalidad es la protección del entorno. Así que aprovecha bien esta visita a la Sierra de Altomira apreciando la totalidad del entorno: las plantas que rodean tus pasos, las aves que sobrevuelan tu cabeza, el agua que fluye por los valles y, en definitiva, la vida silvestre que lo habita.

 

No te puedes marchar sin saber que…:

 

En la cercana localidad de Cañaveruelas, en uno de los rincones del Embalse de Buendía, se emplaza uno de los yacimientos romanos más importantes de la Región: la antigua ciudad de Ercávica. Se sitúa sobre un promontorio de laderas escarpadas donde domina desde lo alto el valle del río Guadiela. La antigua ciudad se erigió entre los siglos II y I a. C., época de conflictos y guerras en este territorio. Por ello, estaba completamente amurallada convirtiéndose así en un lugar estratégico para la defensa. A pesar de que la muralla seguía fielmente la irregularidad del terreno que la acogía, en su interior, las calles estaban dispuestas siguiendo el patrón urbanístico de Roma, es decir, formando un entramado regular y ortogonal. Aún se pueden ver los cimientos del foro, las domus (viviendas), las termas o la basílica. Las excavaciones arqueológicas que han permitido su descubrimiento comenzaron a finales del siglo XX, en la década de los 70. Hoy en día continúan. Aunque el trabajo en Ercávica no cese, las puertas están abiertas (previa reserva) al visitante. Cultura y naturaleza se funden para contarnos la historia de esta ciudad romana en la que podemos imaginar que habitaron los antiguos Alcarreños de Cuenca.

 

Para saber más:

 

Domínguez Solera, S., Muñoz, M. (2014). El paleolítico inferior y medio en la alcarria conquense. Diputación Provincial de Cuenca.
García Grinda, J. L. (2005). Arquitectura popular de la Alcarria conquense. CEDER Alcarria Conquense. Delegación de Cuenca del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha.
Instituto de Desarrollo Comunitario de Cuenca (2006). Guía del patrimonio de La Alcarria conquense pueblo a pueblo. CEDER Alcarria Conquense.
Dirección General de Montes y Espacios Naturales (2014). Plan de gestión de Las Estepas Yesosas de La Alcarria Conquense. Consejería de Agricultura. Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.
Dirección General de Montes y Espacios Naturales (2017). Plan de gestión de la Sierra de Altomira. Consejería de Agricultura. Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.
Ministerio de Medio ambiente y Medio rural y Marino. (2008). Ficha técnica de la planta Senecio auricula subsp. castellanus. Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España-Adenda 2008.
Ministerio de Medio ambiente y Medio rural y Marino. (2008). Ficha técnica de la planta Limonium erectum. Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España-Adenda 2008.
Página web del Yacimiento de Ercávica.

 

 

Mapa